Según algunos la elección de octubre es una opción de hierro entre dos opciones excluyentes: el kirchnerismo populista y los libertarios no populistas. Dejo de lado el hecho que los que insisten en solamente dos opciones siempre terminan generando las condiciones para que regrese la que critican.

Acá me centro en qué es “populismo,” distinguiendo el político del económico. En lo político, algunos lo ven como algo positivo que refuerza la participación democrática. Pero otros lo caracterizan como un esquema de polarización (siguiendo por ejemplo a Ernesto Laclau) entre “la gente” o “el pueblo” (los buenos que me apoyan) contra “las elites” (los malos que se oponen). Estas son categorías vacuas que pueden ser llenadas con cualquier significado por el líder, y que impiden la gobernanza democ

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