El Congreso de los Diputados frenó hoy la tramitación de la proposición de ley orgánica impulsada por el PSOE y Junts para delegar en la Generalitat las competencias estatales en materia de inmigración. La iniciativa, fruto de los acuerdos entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont para asegurar la investidura, quedó descartada con los votos en contra del PP, Vox, UPN y Podemos, lo que configuró una derrota de alto voltaje político.
La formación morada justificó su posición alegando que el texto es “abiertamente racista” porque vincula la inmigración con riesgos para la cohesión social. Y esa decisión situó al partido fundado por Pablo Iglesias en la misma trinchera que la derecha y desencadenó una tormenta política que se extendió de inmediato más allá del hemiciclo.
ERC y Bildu acusa