Luis Ruiz Gutiérrez

Diego Urdiales abrió la puerta grande ya con el primero de la tarde, al que cortó dos orejas merecidas por una faena redonda. Salió al tercio ya toreando bien con el capote, a pesar de que el toro parecía entregarse lo justito.

El de Arnedo fue aplaudido ya al dejar muy bien al toro en el caballo y luego al ofrecer la réplica en un quite de Aarón Palacio. Luego no consiguió acoplarse por el pitón derecho, cambió de mano y estuvo más sólido, con tres naturales de poder y mano baja, que remató con otra serie por la zurda con un larguísimo y lento natural jaleado por la plaza. Mató con una estocada fulminante que terminó por darle las dos orejas.

En su segundo se encontró con un toro fijo, noble y muy alto, al que recibió con un largo saludo por verónicas, por un pitón

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