C IUDAD DE MÉXICO.  — Esta mañana, alrededor de las 5:30, un grupo de activistas de Greenpeace México escaló la Estela de Luz para desplegar una lona gigante con el mensaje:

“La Selva Maya grita. SEMARNAT ¡Sálvala!”

A unos 70 metros de altura, nueve personas colgaron la manta, que incluye la imagen de un jaguar, mientras un grupo mayor rodeaba la base del monumento.

¿Por qué esta acción?

Según Greenpeace:

  • En los últimos cinco años, casi 300,000 hectáreas de Selva Maya han sido deforestadas.

  • Las amenazas provienen de actividades como la agroindustria, mega granjas porcícolas, proyectos turísticos e inmobiliarios, y grandes obras de infraestructura.

  • Uno de los detonantes recientes: el reconocimiento oficial de que la construcción del Tramo 5 del Tren Maya resultó en deforestación y daños “irreversibles” para especies en peligro.

  • Otra denuncia apunta a permisos concedidos a la empresa CEMEX para extraer material pétreo en más de 650 hectáreas de selva virgen cerca de Tulum .

Qué exige Greenpeace

  • Que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) actúe con urgencia, en colaboración con comunidades, expertos y organizaciones civiles, para diseñar un plan integral de protección para la Selva Maya.

  • Revisar y, de ser necesario, revocar permisos que pongan en peligro los ecosistemas frágiles.

  • Limitar los desarrollos que privilegian el beneficio económico sobre la conservación ambiental.

Contexto de la Selva Maya

La Selva Maya, ubicada al sureste de México, Belice y Guatemala, es uno de los ecosistemas tropicales más biodiversos del continente. Alberga flora y fauna emblemática, cumple funciones vitales como reserva de agua, captura de carbono y protección climática. Bajo presión creciente, enfrenta retos de deforestación, invasión de tierras, expansión urbana, turismo masivo, así como el impacto inducido por grandes obras de infraestructura como el Tren Maya. (Agencias)