Todo ha sido gracias al ingenio de Bahar . El plan ha comenzado en aquella farmacia , donde consiguió un potente sedante con la excusa de que trataban a un paciente en estado crítico. Ha sido esa mentira la que les ha dado la coartada perfecta para el siguiente paso.
La oportunidad de oro ha llegado cuando uno de los secuestradores ha presionado a Rengin para que firmara los últimos documentos. En esos minutos, Bahar ha preparado la inyección con una dosis altísima del tranquilizante. Luego, se ha acercado al secuestrador y le ha administrado el sedante.
El hombre ha gritado de dolor, pero las doctoras han seguido con su actuación. "Es por el dolor. Es normal que se desmaye", han asegurado, haciéndoles creer que era para la piedra del riñón.
Tras sedar a todos los secuestrado