Vivimos en una era donde todos queremos vender, pero nadie quiere que le vendan. Ahí es donde el contenido se vuelve tu mejor aliado: porque cuando aportas valor, conectas. Y cuando conectas, vendes… aunque no estés vendiendo. Suena raro, pero funciona.
1. Comparte lo que sabes (sin miedo a que te copien)
Si tienes experiencia, compártela. Esa historia detrás del negocio, ese error que te enseñó algo valioso o ese tip que te gustaría haberte dicho a ti mismo hace un año… ¡eso engancha! El contenido útil, auténtico y con alma, genera confianza.
2. Resuelve problemas reales
Piensa como cliente: ¿qué duda tienen antes de comprarte? ¿Qué los detiene? Habla de eso. No necesitas grandes producciones, solo un poco de empatía y ganas de ayudar.
3. Sé constante, no perfecto
A veces por espera