La 80ª aniversario de la ONU ofreció un escenario inesperado: Donald Trump, lejos de la diplomacia esperada, protagonizó un discurso incendiario que redefinió los límites de la provocación política.

El ex presidente estadounidense, en lugar de limitarse a críticas generales, se erigió como un gurú en materia de migración, asegurando con una sonrisa irónica: "Entiendo de esto. Cuando comenzamos a detener y deportar, el flujo migratorio simplemente se detuvo." Sus palabras resonaron con un fuerte contraste en el solemne ambiente de la celebración.

Sus ataques fueron multifrontales:

Descalificó las políticas migratorias actuales como "un fracaso rotundo" .

Denunció una supuesta "conspiración globalista para controlar la migración."

Presentó sus controvertidas medidas fronterizas com

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