El oxígeno no solo es el combustible para la supervivencia humana, sino también el sustento invisible de innumerables sistemas ambientales y tecnológicos . Los motores de combustión de los automóviles fallarían, los aviones no podrían volar y los sistemas eléctricos clave podrían dejar de funcionar, lo que interrumpiría el transporte, las finanzas y la atención médica. El medio ambiente también sufriría un grave impacto, ya que la capa de ozono, compuesta de oxígeno, se degradaría y dejaría entrar la dañina radiación solar.
El último pronóstico de la NASA, un , ha despertado tanto curiosidad como alarma: la Tierra se encamina lentamente hacia una “gran desoxigenación”. Si bien la agencia espacial afirma que este evento probablemente aún esté a 10.000 años de distancia , la idea de q