Faltan casi dos años para el relevo en la gubernatura de Aguascalientes y ya varios aspirantes empiezan a moverse para tratar de alcanzar la ansiada candidatura —lo que para mí me parece hasta una falta de respeto para la actual gobernadora, el que ya se anden peleando por alcanzar su puesto—. Y para ello se aparecen en algunos medios de comunicación, así como en las redes sociales. Lo delicado del asunto es que la totalidad de ellos son funcionarios públicos de mayor o menor grado y que tienen como común denominador que siempre han vivido del presupuesto. Los aspirantes de la iniciativa privada pasaron al baúl de los recuerdos. Atrás quedó el tiempo en que gente de la iniciativa privada era elegida para llevar las riendas, ya fuera del estado o del municipio de la capital aguascalentense.

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