Donald Trump, padre de todas las patrias. Cada vez más parecido a los dictadores aparentemente benévolos del siglo XX. Mientras Nicolás Maduro le pide de rodillas una clemencia para el chavismo, que no le es concedida, Javier Milei recibe su palmadita en la espalda y la promesa de que EE. UU. lo salvará de la debacle económica y política.
La imagen de Milei como el economista salvador, sierra eléctrica en mano contra sus enemigos, se ha hecho trizas. La ayuda internacional que le ganó su discurso económico de derecha ya se la fumó. Ahora Milei va a depender directamente de Washington, mientras evita perder las elecciones argentinas, una fuerte posibilidad.
La fase imperial del trumpismo ha llegado rápido. Se trata de darle al mundo la forma de las ambiciones de Trump, y eso incluye a los