La posible destitución del ministro Antonio Ulloa, de la Corte de Apelaciones de Santiago, genera incertidumbre en el Poder Judicial. Ulloa enfrenta un procedimiento disciplinario por tres cargos relacionados con sus mensajes con el abogado Luis Hermosilla. Los chats revelan que Ulloa filtró resoluciones, promovió ascensos y mostró animosidad hacia el juez Daniel Urrutia, quien debía decidir sobre un caso ético que lo involucraba. A pesar de estos antecedentes, muchos magistrados creen que Ulloa podría evitar la destitución debido a sus conexiones dentro del sistema judicial.
Un juez anónimo comentó: "Es casi único en el Poder Judicial. El problema es que durante 100 o 200 años el sistema ha funcionado así, mediante contactos y recomendaciones". La Corte Suprema decidió el 2 de septiembre abrir el cuaderno de remoción contra Ulloa por un estrecho margen de ocho votos a favor y siete en contra. Esta decisión ha alimentado especulaciones sobre su futuro, ya que un solo cambio en la composición del tribunal podría inclinar la balanza a su favor.
La rotación en la Corte Suprema es constante, y el regreso de Diego Simpertigue, un ministro influyente que estuvo ausente en la votación, podría ser decisivo. Una jueza que trabajó con Simpertigue afirmó: "Son íntimos amigos con Ulloa". Su retorno podría cambiar el resultado, ya que en su lugar votó Eliana Quezada, quien apoyó los cargos contra Ulloa.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, tiene la responsabilidad de fijar la fecha para revisar el caso de Ulloa. Recientemente, la revisión se pospuso y se espera que se lleve a cabo en octubre. La fecha es crucial, ya que el Gobierno tiene dos candidatos para ocupar puestos en la Corte Suprema, lo que podría influir en el caso de Ulloa. Uno de ellos es Omar Astudillo, conocido por su integridad y que no está alineado con Ulloa. El otro candidato es Gonzalo Ruz, quien cuenta con el apoyo de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN). Sin embargo, su posición respecto a Ulloa es incierta.