Agustín Díaz Yanes llevaba ocho años sin dirigir, desde aquella aventurera Oro (2017) ambientada en la conquista de América en el siglo XVI. Ahora, el cineasta y guionista madrileño, que marcó un hito en 1995 con su ópera prima Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, ha regresado a lo grande con un ambicioso thriller inspirado en la mayor operación encubierta contra ETA.
Si en la reciente La infiltrada, Carolina Yuste encarnaba a Aranzazu Berradre, pseudónimo con el que se infiltró una agente de la Policía nacional en la banda terrorista durante 8 años, en Un fantasma en la batalla es Susana Abaitua la que se mete en la piel de Amaia, un personaje de ficción basado en muchos agentes que se jugaron la vida para conseguir información de primera mano dentro de ETA entre la década de