No es el dilema fundamental histórico de “ser o no ser”, pero es uno de los que nos merodea en la cabeza permanentemente: ¿Es mejor bañarse en la mañana en la noche antes de acostarse? La exploración para esta elección nos trae revelaciones importantes.
Los partidarios de hacerlo en las mañana argumentan que la ducha, frío o tibia, ayuda a despertar el organismo, y a sentirse frescos y listos para empezar el día.
Mientras que los que se bañan en la noche, antes de acostarse, expresan que los ayuda a eliminar la suciedad del día antes de meterse bajo las sábanas y sucumbir a un sueño reparador.
Claro, también están los que no se dan mala vida sometiéndose a una elección, sino que se duchan dos o hasta tres veces al día, e incluso lo que no lo hacen diariamente.
Pero ¿qué dice la ciencia