La Marina de Estados Unidos llevó a cabo pruebas de misiles balísticos en la costa de Florida, en medio de crecientes tensiones con Venezuela. Entre el 17 y el 21 de septiembre, se lanzaron cuatro misiles Trident II D5 desde un submarino de clase Ohio. Según el comunicado oficial, uno de los lanzamientos fue visible desde Puerto Rico, iluminando el cielo nocturno.

Estos ensayos, que no involucraron ojivas nucleares, fueron parte de un programa de pruebas programadas. La Marina destacó que los misiles Trident II D5 son considerados "altamente precisos y confiables". Desarrollados en la década de 1980 y actualizados en 2017, estos misiles tienen un alcance que varía entre 2.000 y 12.000 kilómetros.

La Marina de EE.UU. también está llevando a cabo un ejercicio naval a gran escala, denominado UNITAS 2025, junto a buques de 25 países en la costa de Florida, Carolina del Norte y Virginia. Aunque CNN consultó al Departamento de Defensa sobre la relación entre las pruebas de misiles y estos ejercicios, no se ha recibido respuesta.

El comunicado de la Marina subrayó que estas pruebas se realizaron con estrictos protocolos de seguridad, asegurando que no había barcos ni vehículos en las cercanías. Los misiles cayeron en una amplia área del Océano Atlántico.

Un portavoz de la Marina afirmó: "Un elemento disuasorio estratégico creíble y eficaz es esencial para nuestra seguridad nacional y la seguridad de los aliados de Estados Unidos".

A pesar de que la Marina aseguró que las pruebas estaban programadas y no eran una respuesta a eventos internacionales, coinciden con el aumento de tensiones entre EE.UU. y Venezuela. Washington ha reforzado su presencia militar en el Caribe, enviando buques de guerra y aviones F-35 a Puerto Rico, lo que Caracas considera una amenaza a su soberanía.

El gobierno venezolano ha criticado estas maniobras, acusando a EE.UU. de intentar desestabilizar su régimen. En respuesta, Nicolás Maduro ha movilizado tropas en la frontera con Colombia.

La situación en la región se complica, ya que analistas advierten que el despliegue militar estadounidense podría ser excesivo para combatir el narcotráfico, el cual es el argumento oficial de Washington.

Las tensiones continúan aumentando, y la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos en esta delicada situación geopolítica.