La ministra de Igualdad, Ana Redondo, consiguió ayer que Junts y ERC se pusieran de acuerdo. Ese logro no es poca cosa. Pero la pega es que ha sido a su costa, eso sí.

El Congreso de los Diputados reprobó ayer a la ministra y exigió a Pedro Sánchez que la cese de inmediato por su mala gestión ante la crisis de las pulseras antimaltrato. El posicionamiento de la Cámara Baja se produjo tras una moción del PP que triunfó gracias a que los dos partidos independentistas se abstuvieron y permitieron ese resultado.

Según reconocen diversas fuentes parlamentarias, entre los distintos socios del Ejecutivo, también los de izquierdas, ha molestado mucho la actitud que está manteniendo el Ministerio de Igualdad ante esta crisis. Aunque creen que el PP la está "usando" a su favor, consideren que las

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