La inteligencia artificial se ha vuelto una herramienta ineludible en las universidades y grandes escuelas francesas. En la escuela de ingeniería ECE, un prototipo de androide llamado Milo ocupa el primer banco del aula. Con su carcasa blanca y redondeada, registra las clases, las transcribe y pone la información a disposición de los alumnos en formato chatbot las 24 horas.
A diferencia de otras herramientas generativas como ChatGPT o Mistral, Milo no entrega respuestas directas, sino que orienta a los estudiantes con pistas y sugerencias. “Puede indicar cómo podría ayudarte mejor”, explicó Youssef Jaafar, estudiante de 21 años que participó en su diseño.
“El avance de la IA transforma nuestra labor como pedagogos”, señaló François Stephan, director de la escuela parisina especializada e