Creíamos que las altas cumbres, santuarios de biodiversidad alejados del ajetreo humano, eran inmunes a nuestras peores crisis. Un demoledor estudio procedente de Estados Unidos demuestra lo equivocados que estábamos y señala a un culpable que no entiende de fronteras : el inexorable aumento de las temperaturas. El calentamiento global se revela así como una amenaza silenciosa que se extiende incluso por los parajes más vírgenes y, en apariencia, protegidos del planeta.
De hecho, la investigación, que se ha desarrollado durante veinte años en una pradera subalpina de Colorado, pone cifras a esta alarmante realidad. El exhaustivo trabajo de campo ha constatado que la población total de insectos se ha desplomado un 72,4 % en el periodo comprendido entre 2004 y 2024, un dato que evidenci