Un estudio del BCE advierte de que el precio de la comida puede redundar en demandas de aumentos salariales y golpea especialmente a las rentas bajas

Camuflados a menudo bajo las cifras totales de inflación que presenta mes a mes Eurostat, la oficina estadística comunitaria, los precios de los alimentos se han convertido en una pesada losa para los consumidores de todo el continente. Mientras la inflación general de la zona euro está en el 2,1%, la de los alimentos se resiste a bajar con la misma alegría, y en agosto se mantenía aún en el 3,2%. La percepción a pie de calle tiende a insistir en que la cesta de la compra no deja de encarecerse , y un artículo publicado este jueves por varios expertos del Banco Central Europeo les da la razón. “Para poder comer, los consumidores europeos p

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