Las autoridades australianas han exigido explicaciones a Indonesia tras la repatriación del cuerpo de Byron Haddow, un joven de 23 años hallado muerto en la piscina de su villa en Bali durante unas vacaciones. El cadáver llegó a Australia cuatro semanas después de su fallecimiento y, al practicársele una segunda autopsia, la familia descubrió que faltaba su corazón. El órgano no fue devuelto hasta casi dos meses después, lo que ha suscitado dudas y preocupación en la familia del joven.
El hospital Prof. Ngoerah de Bali, donde se realizó la autopsia a petición de la Policía local, ha negado cualquier implicación en tráfico de órganos. "En nombre del hospital Prof. Ngoerah, afirmo que los rumores sobre tráfico de órganos son falsos", declaró en rueda de prensa I Made Darmajaya, director de