La batalla contra las pulgas es una carrera de fondo. Quien piense que basta con aplicar un producto a su perro para solucionar el problema se equivoca de lleno, pues la erradicación completa de la plaga exige un mínimo de tres meses de tratamiento ininterrumpido. El motivo es sencillo: el enemigo no es solo el parásito que vemos sobre el animal, sino la legión invisible que se esconde por toda la casa, esperando su momento para atacar. Este enfoque a largo plazo es una parte esencial del cuidado responsable durante toda la vida del animal, y es útil recordar que va mucho más allá de la simple regla de los siete años.
De hecho, los expertos en parasitología advierten de que por cada pulga adulta visible en el pelaje del can, existen otras noventa y nueve en fases de desarrollo repartida