Reducir el impacto ambiental de la construcción y, al mismo tiempo, abaratarla drásticamente. Sobre esa doble premisa pivota un innovador material desarrollado en Australia por ingenieros de la Universidad RMIT, que promete ser una alternativa real al hormigón convencional. Los resultados preliminares son contundentes: genera solo una cuarta parte de las emisiones de carbono y su producción supone menos de un tercio del coste del hormigón tradicional, abriendo la puerta a una edificación mucho más sostenible y accesible. Este enfoque innovador busca ofrecer una alternativa sostenible frente a las que, si bien son monumentales, a menudo conllevan un coste ecológico muy elevado.
La clave de esta propuesta, bautizada como tierra apisonada confinada en cartón, reside en una sencillez casi r