Rocío Portillo aprendió a escuchar la vida de otra manera cuando un diagnóstico de leucemia la obligó a frenar. El vértigo de las cabinas, las luces estallando sobre la pista y el pulso de la música quedaron en suspenso. En su lugar llegaron los hospitales , los tratamientos y ese miedo silenciado que se instala en el cuerpo cuando la palabra cáncer se pronuncia en voz alta.

Rocío Portillo atravesó momentos difíciles. "Pero renací, siempre acompañada de la música", expresó.

“Me cambió todo. En ese momento entendí que tenía que hacer de la música mi cable a tierra, mi refugio, mi manera de no bajar los brazos”, cuenta Rocío en diálogo con Diario UNO.

La suya no es solo la historia de una artista que conquistó escenarios en Europa , México y Chile, sino la de una mujer

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