Detrás del miedo a la soledad
Cuando el silencio incomoda
La soledad tiene mala fama. Se suele mirar como vacío, como castigo, como un estado que nos confirma que algo anda mal. Pero lo que realmente tememos no es la soledad en sí, sino lo que ella nos revela cuando nos alcanza. El miedo aparece porque en ese silencio nos encontramos cara a cara con lo que intentamos esconder: heridas que nunca cerraron, inseguridades que preferimos callar, preguntas sin respuesta.
Lo paradójico es que vivimos en una época hiperconectada, rodeados de pantallas, mensajes y conversaciones constantes, y aun así el miedo a la soledad no ha desaparecido; al contrario, crece. Quizás porque no sabemos qué hacer con lo que sentimos cuando el ruido externo se apaga y quedamos frente a frente con nuestra propia v