En un esperado regreso a las pantallas tras una polémica suspensión, el presentador Jimmy Kimmel criticó ayer las amenazas del gobierno del presidente Donald Trump a los comediantes que cuestionan las políticas de la Casa Blanca y ensayó una contundente defensa de la libertad de expresión como esencia de la democracia de Estados Unidos.
“La amenaza del gobierno de silenciar a un comediante que no le gusta al presidente es antiestadounidense”, lanzó el cómico, visiblemente emocionado, en un largo monólogo inicial recibido con una ovación en el estudio en el que elogió la indignación pública tras la suspensión temporal de su programa por exigencias de Trump.
“No se puede permitir que nuestro gobierno controle lo que decimos y lo que no decimos en televisión”, añadió entre aplausos.
Kimmel