El contexto no podría ser más tenso. Solo ayer, un nuevo ataque armado contra una instalación del Servicio de Inmigración en Dallas, Texas, dejó en evidencia la volatilidad del ambiente. "Esto ya no es solo sobre deportaciones , es sobre la seguridad de quienes están siendo detenidos" , comentó una fuente cercana a las investigaciones bajo condición de anonimato. Este es el tercer incidente violento en instalaciones de ICE en Texas en lo que va del año.
4 de julio: Tiroteo en el Centro de Detención Prairieland (Alvarado), donde un policía resultó herido.
7 de julio: Ataque con rifle de asalto contra agentes en McAllen, dejando un oficial lesionado.
24 de septiembre: Nuevo ataque en Dallas, cuyos detalles aún se investigan.
Texas, epicentro de esta crisis, concentra la mayor