En Chapinero, donde la carrera Séptima conserva algo de esa solemnidad bogotana de otros tiempos, desde hace un siglo está levantada Villa Adelaida. Una mansión de color naranja, de muros altos y de techos empinados que, durante décadas, fue mucho más que un casa: fue el espejo de las obsesiones de cada dueño, desde la pedagogía hasta la fiesta, desde la ostentación hasta el olvido.
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Construida entre 1919 y 1921 por el arquitecto Pablo de la Cruz, la casa nació como un homenaje. Agustín Nieto Caballero, fundador del Gimnasio Moderno y figura clave de la educación colombiana, la levantó para su esposa, Adelaida Cano. Tenía huertas, jardines, 11 habitaciones y hasta un cuart