Tras una suspensión de seis días, Jimmy Kimmel regresó con fuerza a la televisión estadounidense y logró atraer una audiencia impresionante: más de 6,26 millones de espectadores sintonizaron su monólogo de retorno, convirtiéndolo en el episodio regular más visto en más de diez años.
Este regreso extraordinario se produjo en medio de una polémica que involucró comentarios críticos al expresidente Donald Trump. Kimmel usó su espacio no solo para reconectar con la audiencia, sino también para defender el valor de la sátira política y la libertad de expresión.
Aunque varias cadenas locales —entre ellas Nexstar y Sinclair— optaron por no emitir su vuelta, el programa creció en cobertura digital y redes sociales, donde millones más vieron la transmisión.
Con este éxito, Kimmel reafirma su