Un tono melancólico, con la convicción de que muchas cosas se podían haber organizado mejor, porque había personas con ideas, con principios, que habían soñado algo menos prosaico, más humano.

Sí, las mejoras están a la vista. El propio urbanismo en la ciudad de Barcelona. O las condiciones materiales para el conjunto de la sociedad. Pero el presente no augura un buen futuro. Lo sabe Joan Ferran , un político siempre combativo, que tuvo altas responsabilidades, en el PSC, en el partido, y en las instituciones y que, en los últimos años, ya desde la barrera, ha ido publicando historias sencillas, pero densas, en las que concentra todo lo que sigue defendiendo .

Lo hace, de nuevo, en su último trabajo: Las tribulaciones de un gacetillero, entre la vanidad y el adanismo (Círculo Rojo)

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