Ya sé que la gente anda preocupada. Tiene motivos. Comprendo su inquietud ante los nubarrones en el horizonte. Los nefastos índices de natalidad, el precio de los pisos , las estadísticas que sostienen que sólo un 15% de los menores de 30 años se permiten el lujo de abandonar el hogar de sus padres, el alza imparable de los precios en los artículos de primera necesidad, los sueldos raquíticos . El mundo, gobernado por un asesino sin complejos y un narcisista de manual. Una clase política impotente ante los retos del futuro. Salvo los fanáticos de uno y otro signo, el personal asiste al presente y teme el inmediato provenir, todos paralizados como un conejo en la noche cuando le iluminan los faros de un coche.

Sí, hay mil motivos para la angustia . Pero yo albergo en mi corazón gra

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