En un mundo moderno marcado por la prisa, pocas veces nos detenemos a pensar en algo tan esencial como la prevención. Prevenir no es solamente anticipar un riesgo, es un acto de amor hacia la vida, una manera de cuidar lo que somos y lo que podemos llegar a ser como sociedad. La prevención, unida a la educación, es quizá la fórmula más poderosa para transformar realidades.

Y lo es porque la prevención salva vidas en el presente, mientras que la educación siembra cultura en el futuro. Prevenir significa anticiparse al dolor y a la pérdida, y educar significa dar a las personas la conciencia, el conocimiento y los valores para que esa anticipación se convierta en un hábito social. En ese cruce entre prevenir y educar, florece la verdadera transformación.

Como dijo Hipócrates, considerado e

See Full Page