Desde la desaparición de los normalistas en 2014, cinco padres y madres de los jóvenes enfermaron y murieron, pero sus familias mantienen la búsqueda y la exigencia de justicia.

Lidia Arista

Clemente Rodríguez sufrió la desaparición de su hijo Cristian Rodríguez Telumbre hace 11 años en Iguala, Guerrero, pero la tragedia para él y su familia no terminó ahí.

La pandemia de covid19 le trajo otra pérdida: la muerte de su amigo y compañero de batalla, Bernardo Campos , padre de José Ángel Campos , otro de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.

Con Bernardo compartía el dolor y la esperanza de volver a ver a sus hijos. Se reunían para adentrarse en la sierra de Guerrero en busca de pistas o para recorrer comisarías municipales con el objetivo de encontrar indicios que l

See Full Page