La compra del 25% de Banamex por Fernando Chico Pardo marca un punto de inflexión en la banca mexicana. La operación, valuada en 42 mil millones de pesos, fue concebida bajo la premisa de ser una transacción “limpia”, sin guerras de ofertas ni dudas jurídicas, con un objetivo claro: devolver parte del control de uno de los bancos más emblemáticos del país a manos mexicanas y preparar el terreno para una Oferta Pública Inicial.
Los retos que enfrenta Chico Pardo son múltiples. Como próximo presidente del Consejo de Administración, deberá garantizar transparencia, gobernanza robusta y estabilidad operativa en un banco que ha visto reducir su participación de mercado en la última década. La presión regulatoria será intensa: la CNBV, Hacienda y Banxico vigilarán cada detalle de la estructura