
En un mensaje muy diferente al de Keir Starmer y otros líderes de partidos de centro-izquierda reunidos en Londres, el presidente Pedro Sánchez defendió este viernes la idea de un país abierto a la inmigración y dedicado a combatir la crisis climática para afrontar el populismo de derecha y mantener el crecimiento económico.
“Que nadie se equivoque. Luchamos contra la inmigración ilegal. Luchamos contra los traficantes de personas. Pero la mejor manera de luchar contra los traficantes y regular la migración es ir a los países de origen y tránsito, y cooperar con ellos, ayudarles a creer oportunidades para sus ciudadanos. Y, al mismo tiempo, permitir la migración regular para tener la fuerza de capital humano que necesitamos en nuestros países para hacer crecer nuestras economías”, dijo el presidente del Gobierno durante una conversación con Jacinda Ardern, la ex primera ministra de Nueva Zelanda, y John Podesta, veterano estratega del Partido Demócrata, durante una cumbre de líderes progresistas.
La conversación se centró sobre todo en la crisis climática y la necesidad del multilateralismo para resolver ese y otros problemas globales. Sánchez ofreció en particular la experiencia positiva de España con las energías renovables.
“Hay que combatir los mensajes de la extrema derecha con datos”, dijo Sánchez, poniendo como ejemplo la bajada del precio de la electricidad en España gracias a la energía renovable. Podesta comentó que le gustaría mandar “una delegación” a España para estudiar el mercado eléctrico vistos los debates y las subidas de precio en Estados Unidos.
El presidente destacó “las oportunidades para desarrollar la transición verde y sacar provecho de ella” y comentó que ya está ayudando a la “reindustrialización” de España, que ahora registra un crecimiento mayor de actividad industrial que Francia y Alemania.
Al hablar de la pandemia, Sánchez destacó en particular la labor científica que ayudó a salir de ella. “Tenemos que alabar a la ciencia. Y, desafortunadamente, hoy estamos siendo testigos de posiciones políticas de líderes prominentes no basadas en datos científicos”, dijo.
El presidente español no se refirió en concreto a ningún líder, pero esta misma semana el presidente de Estados Unidos lanzó una campaña contra el uso del paracetamol , cuya seguridad ha sido reiterada por las agencias de medicamentos de la Unión Europea y el Reino Unido.
El mensaje de Starmer
El presidente del Gobierno habló poco después de Starmer, que defendió más restricciones a la migración de cualquier tipo e incluso criticó a quienes esgrimen un argumento económico a favor de la inmigración. Según el laborista, “la izquierda”, en referencia a su propio partido y a otros equivalentes, se equivoca al presentar la inmigración como “una buena noticia” para la economía. Su justificación es que los migrantes son explotados y bajan los salarios, si bien en el caso del Reino Unidos los datos del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford muestran que los no británicos tienen ingresos superiores a los nativos.
En contraste con la economía del Reino Unido, la economía española tiene un crecimiento a la cabeza de Europa.
En Londres, el jefe de gabinete de Sánchez, Diego Rubio, también hizo durante una mesa de debate unos minutos antes del discurso de Starmer una contundente defensa de la inmigración desde el punto de vista humanitario y económico. Rubio dijo que habrá una brecha “entre países cerrados” que afrontarán el estancamiento, sufrirán con su déficit público y no lograrán mantener el Estado del Bienestar, y los países con “economías abiertas en crecimiento”. También comentó que los informes alarmistas del pasado sobre el aumento insostenible de la población se han demostrado “basura”.
Rubio fue el único que hizo una defensa clara de la inmigración en un debate donde había representantes de partidos de centro-izquierda de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. Durante la jornada, otros líderes de partidos en la oposición, como la líder de los socialdemócratas suecos, Magdalena Andersson, también insistieron en las críticas a la inmigración desde el punto de vista de “los valores” que los no nativos tal vez no comparten.
Entre las voces que aludieron de manera positiva al modelo que defiende el Gobierno de Sánchez destacó Elly Schlein , la líder del Partido Democrático italiano.