La Fraternidad negó haber estado llevando adelante medidas de fuerza y apuntó que las demoras de estos días se deben a la falta de inversión, el deterioro de las vías y la seguridad de millones de pasajeros.

“¿De qué paro hablan si no paramos nada?” , se preguntan los ferroviarios. La frase, repetida en comunicados y entrevistas, resume el frente a la conciliación obligatoria que dictó el Gobierno. Los maquinistas sostienen que no hay huelga ni protesta , sino un gesto desesperado: hacer circular los trenes a 30 kilómetros por hora para evitar accidentes en un sistema que, según denuncian, está al borde del colapso.

Durante dos días, las formaciones del AMBA circularon con demoras. No fue por un conflicto salarial, insisten, sino porque las vías están plagadas de roturas, las for

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