La formación Vaca Muerta incorporó tecnologías de detección automática mediante sensores, drones y sistemas satelitales que permitieron mejorar la integridad de los ductos y reducir en más de 40% las fallas operativas.
Desde un centro de control de alto rendimiento ubicado fuera de la cuenca, se supervisa en tiempo real todo lo que ocurre en los pozos. El sistema permite anticipar fallas, ajustar procesos y evitar interrupciones a través de datos enviados sobre presión, temperatura, vibraciones y otros parámetros críticos.
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