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La baja de derechos de exportación (conocidos comúnmente como retenciones) a 0% que el Gobierno aplicó a través del Decreto 682/25 resultó un engaño anunciado, de esos cuyo final se conoce antes de que empiece la película.

Se la quiso presentar como una medida en favor del campo, pero terminó siendo un regalo millonario a un puñado de exportadores concentrados, con un costo fiscal enorme que pagamos todos los argentinos.

Una estafa disfrazada

El decreto llevó a 0% las retenciones a granos y subproductos, luego incluyó carnes, “hasta el 31 de octubre o hasta liquidar U$7.000 millones, lo que ocurra primero”. El régimen se puso operativo el martes 23 de septiembre (el decreto salió el 22 de septiembre, y en su artículo 6 indicaba que la operación arrancaba al día siguiente). Sobre fi

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