Existe toda clase de teorías para intentar explicar el
auge de las derechas populistas entre los votantes de clases medias o bajas. Que si la inmigración, que si la falta de vivienda, que si ha habido superioridad moral de la izquierda… Al final todo es mucho más sencillo: si la Administración falla y no está a la altura de lo mínimo que debe ofrecer al ciudadano, este reacciona y traslada el enfado al único momento en que puede ejercer su libertad democrática, que no es otro que el del voto. En nuestra sección de Sociedad tenemos hoy dos ejemplos positivos –siempre intentando hacer un periodismo constructivo– de dos casos flagrantes de fracasos previos de nuestros gestores públicos.
El más importante afecta a las deficiencias en la aplicación de la ley de Dependencia, una muy buena ini