Sobre la certidumbre del ser siempre informa la impar naturaleza, con la primacía de la vista. Por ella lo que nos rodea existe. Incluso lo atónito. Así lo precisaba un paisano mío (Carlos Domínguez) al que muchas veces acompañé por los barrancos y quebradas de las afueras de mi barrio; yo a causa de su entusiasmo por los espacios limpios, sólidos, sublimes o arriesgados. Y una vez, en el colmo de su fatiga, cuando comenzaba a percibir la destrucción por el cáncer, me lo comentó. “Va a desaparecer el azul y el mundo se joderá”. Aducía que el azul es el color que conmueve a los hombres, porque señala al cielo donde se encuentra la salvación y al mar que aquí nos precisa en el ser. Además, aducía, sin el azul no existirá el verde y entonces los árboles, las plantas, las flores, los campos no
Azul

52