En un caso sin precedentes, un tribunal de familia británico ha dictado una sentencia que desafía los conceptos tradicionales de filiación, otorgando la custodia legal a Logan Gifford en un proceso marcado por la ambigüedad genética y un complejo historial de abusos.
Las pruebas de ADN presentaron un escenario inusual, con dos hombres compartiendo un 9,99% de coincidencia genética con el adolescente involucrado, lo que impidió determinar científicamente quién era el padre biológico. A pesar de esta incertidumbre, el juez Vinceen Ochoa basó su veredicto en criterios de responsabilidad y cuidado, destacando la ausencia de colaboración por parte de Theadore Gifford y la dedicación constante de Logan hacia el menor, quien además vive con una discapacidad.
La madre, Doreene Gifford