En el conurbano bonaerense , las pequeñas carnicerías de barrio fueron durante décadas parte de la vida cotidiana. Entre mostradores de madera y el trato cercano de los carniceros, se forjó una tradición que, en algunos casos, trascendió generaciones. Una de esas experiencias familiares derivó una de las cadenas más reconocidas de la zona oeste.

En 1968, en Ituzaingó , nació la primera carnicería de la familia Munúa . El oficio, transmitido de padres a hijos, se convirtió en un rasgo distintivo de la marca que, con el tiempo, adoptó el nombre de Abastecedor .

Desde el inicio, la propuesta se basó en ofrecer cortes de calidad y atención personalizada . Esa fórmula fue la aliada de una clientela fiel, que encontró en la empresa un punto de referencia en un mercado cada vez más co

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