El Gobierno se encontraba en una situación límite. Cinco días de pánico en los mercados tras el resultado electoral en la Provincia habían dejado al oficialismo exhausto, consciente de que, de continuar así, la gestión no alcanzaría a estabilizarse antes de la elección de octubre. Sin embargo, un giro inesperado durante el fin de semana, impulsado por el entorno de Donald Trump, inyectó un nuevo factor de estabilidad. Les dieron una oportunidad de reordenar el panorama.
La gestión se movió en las primeras líneas. El viernes, el ministro Caputo solicitó apoyo a Scott Bessent, jefe del Tesoro estadounidense. Paralelamente, el asesor Santiago Caputo operaba en el Departamento de Estado a través de su círculo de amigos alineados con Trump, encabezados por Leonardo Scatturice.
La clave fue qu