La algarabía del mercado tras la filtración de que Estados Unidos otorgaría un paquete de salvación financiera le dio un respiro al gobierno de Javier Milei en sus horas más oscuras. La disipación momentánea del fantasma del default y la corrida cambiaria vino acompañada de una condición primordial: la conducción de la política económica a cargo de los norteamericanos. En apenas tres días -número de moda-, el Gobierno dio marcha atrás con la eliminación de retenciones , reinstauró el cepo cambiario de forma parcial y convocó al diálogo multisectorial. La implementación de las primeras dos medidas pueden empeorar su imagen de cara a las elecciones nacionales de octubre, pero a los libertarios ya no les queda margen de maniobra para negociar con el gigante del Norte.

Tras una semana des

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