La segunda jornada de la Ryder Cup en Bethpage Black vivió un innegable aumento de intensidad. Más gente, más ruido. Aprovechando que era sábado, más neoyorquinos se dejaron ver por las instalaciones y se asemejaron más al público tan caliente del que presumen. Pero ni así fue capaz Estados Unidos de levantar cabeza porque como los grandes equipos, no hay nada que más motive a Europa que conquistar territorio hostil.
Lejos de amilanarse, los de Luke Donald dieron un paso más adelante en otra matinal gloriosa en los foursomes, quedándose cada vez más cerca del gran sueño de repetir victoria en territorio norteamericano.
Tres de los cuatro partidos de la jornada de mañana se tiñeron de azul. Entre ellos, por supuesto, el de Jon Rahm y Tyrrell Hatton, convertidos ya en la pareja perfecta. L