El Unicaja compitió y exigió al máximo al Valencia Básket, hasta el último minuto, pero se quedó algo corto para llegar a la final de la Supercopa . Un rival objetivamente superior que lo hizo bien, errores reiterados en los tiros libres, malas lecturas en los ataques del último cuarto y falta de tino, detalles que deciden en partidos de máxima igualdad y ante contrarios de altísimo nivel como es el equipo que alimenta Juan Roig. Fue una buena versión del Unicaja , pero queda para llegar a la excelencia que ha caracterizado a este ciclo. Nada que no se supiera, se han cambiado piezas esenciales y se necesita tiempo para ajustar. Queda ese regusto de seguir sin ver un título en Málaga , pero la vida no es perfecta y las alegrías recientes han sido múltiples. En cualquier caso, s

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