La llegada del nuevo milenio trajo promesas, ciertamente incumplidas hasta ahora, de un mundo nuevo, un mundo mejor. Parecía que los viejos problemas del Siglo XX, el racismo, las guerras y el fascismo, quedaban atrás para siempre. En México, le habíamos dicho por fin adiós al PRI, tras el triunfo de Vicente Fox. Los horrores, sin embargo, llegaron rápido: nuevas guerras, nuevos crímenes.
Fue en esta primera década del Siglo XXI cuando un caso conmocionó a la opinión pública michoacana: Francisco Maldonado García, un hombre de 45 años, que llevaba una vida solitaria y poco higiénica, se volvió un vampiro… no en el sentido sobrenatural, ni fantasioso, pues el sujeto poco sabía de Drácula o Nosferatu, sino en un aspecto más literal: bebió la sangre y devoró el cerebro de su padre.
¿Cómo fu