En la cuenta regresiva hacia las elecciones del 26 de octubre, la escena política neuquina muestra un clima de disputas estratégicas que trascienden las candidaturas y se proyectan sobre la definición de un modelo de poder provincial.

La alianza La Neuquinidad, conducida por el gobernador Rolando Figueroa, consolidó un discurso con doble interpretación: la defensa de la autonomía provincial y, al mismo tiempo, una señal de diferenciación respecto del gobierno nacional.

Poniendo el cuerpo a la campaña, Figueroa insiste en que los debates de la política nacional poco resuelven los problemas cotidianos de los neuquinos.

Bajo ese argumento sostiene que, de ser electos, sus candidatos no responderán a órdenes externas y actuarán en defensa de los intereses locales.

Esa postura presentada co

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