"Hoy no hay encuesta que dure más de una semana", admite a regañadientes un experimentado consultor político que tiene varias campañas en la espalda. La definición sirve para entender la volatilidad del humor del votante argentino que de manera ciclotímica parece mutar de la depresión a la euforia siguiendo el escándalo de los audios de la Agencia de discapacidad, el aumento del dólar o el espaldarazo de Trump a Javier Milei .

"Vivimos tiempos de pasiones tristes , en las que también las motivaciones para votar parecen ser el enojo, la bronca y el odio", aporta otro estratega para graficar la previa electoral y la polarización evidente entre lo que representan Javier Milei y el kirchnerismo en ambos extremos.

Ese movimiento pendular del electorado hace que algunos sondeos de

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