“Deben visitar lugares accesibles y no peligrosos, como lagunas, ríos o zonas alejadas. Además, es indispensable contar con un contrato con el transportista que movilizará a los alumnos, así como con la autorización escrita de los padres de familia. Solo entonces el director puede autorizar y comunicar a la UGEL el permiso otorgado”, precisó Oré.
Los paseos escolares deben planificarse en función de los objetivos educativos, la edad de los alumnos y la seguridad del destino. Además de reforzar contenidos académicos, muchas familias sugieren actividades complementarias de carácter cultural, deportivo o recreativo.