El inicio del juicio oral contra la exalcaldesa de Lima y fundadora de IDL, Susana Villarán, acusada de recibir 11 millones de dólares en presuntos actos de corrupción, pone en evidencia un doble estándar en la administración de justicia.

En otros procesos, como el caso “Cócteles”, la Fiscalía ha imputado a todos los involucrados, desde los principales hasta los secundarios. Sin embargo, en el caso de las “Chalinas Verdes”, el grupo de implicados es sorprendentemente reducido.

Resulta hilarante la justificación de Villarán. Ella afirma que la operación fue manejada solo por ella y el fallecido José Miguel Castro, y que se “inmoló” para evitar que Lima cayera en manos de la “mafia Castañeda”. ¡Qué desprecio a la inteligencia popular!

Además, llama la atención que no se haya imputado a lo

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