Llegaba el Casademont Zaragoza lanzado a la final de la Supercopa. El plus de moral que le dio la remontada europea y la gran actuación en las semifinales ponían en una situación de privilegio al equipo aragonés. Pero, como si de un videojuego se tratase, quedaba el monstruo final. Pero las de Cantero han dado el salto y ya no temen a nadie. El ogro Valencia Basket no pareció tan fiero esta vez y fue sometido sin piedad por las zaragozanas en un encuentro que dominó de principio a fin (79-68) que quién sabe si puede marcar un cambio de tendencia en el panorama del baloncesto femenino español. Pase lo que pase, lo que nadie le podrá quitar al club es el segundo título de su historia y que hizo temblar los cimientos del Palacio de los Deportes de Huesca.

Consciente de que el inicio frenét

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